En la memoria comunitaria residen valiosas expresiones que nos vinculan con nuestro paisaje-territorio. En los barrios de nuestro pueblo. A la vuelta de nuestra casa. En la memoria de nuestras abuelas y abuelos que tanto tienen para contar.
Les compartimos uno de los tantos testimonios recopilados sobre el rito de enterrar las puntitas de las orejas en el corral. Esta costumbre, cuyo fin es propiciar la multiplicación de la hacienda, suele realizarse luego de la señalada, práctica que consiste en recortar las orejas de los animales para diferenciarlos entre los de otras haciendas vecinas.
El capítulo se centra en la elaboración de arrope y jalea de tuna de tres productoras de experiencia y responsabilidad sobre el tema.
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